Estrellas

No silencian
su estertor de garganta
trepitosas de pulso
voraz como hongo en la posteridad
del destrozo y en barriada
sangre puñal agite
pintura pulcra de un reloj
epocal
y aullido de la superficie de las repti
líneas trans
figuraciones
venganzas con salitre
en el borde de su deirse
parásito punzante y calvicie ostentosa
en cadavéricas respuestas al servicio de los cuerpos
cayendo pantanosas
e inseguras en el baile de otros
mientras arrojan al fuego su existencia
parca pantalla insolada y refractaria
que absorbe ex
congregaciones
por la habladuría
y labio superior
de la boca de un mudo
famélicas como gargajo
tirabuzones insensatos
contra las alas de la pirámide
de luces subidas de precios
a los dromedarios que claudican
su entenado en la lámpara
y aspiran viento
del médano más mágico
que los territorios hayan atravesado
Osa mayor en el cielo
su similitud constelada
aplastamiento lleno de huecos
que se vuelven ventanas.

Los soñadores

El sueño espera en soledad
los encarnados fantasmas de otro.

Nosotros esperamos en el umbral
donde un poema no es una verdad.

Envueltos en sábanas

Estamos envueltos / en sábanas blancas
que no nos enfrascan / en ningún
lugar.

Me miras y te escondes / atrás
del pliegue mañanero / mientras yo
siento / la luz epidérmica. //                

Nadie vendrá a golpear la puerta / y eso
nos vuelve eternos. Entonces
nos contamos sueños
de ayer y mañana.
Los vicios y los miedos

entregados a la tierra / como cadáveres de un libro,   
somos polvo / con el tiempo.

Elefante en el desierto

Un elefante brama 
avasallando al silencio
con todo el peso de su trompa
y el cosmos se colma 
en un gran desierto
donde el abismo habla 
con deseos sagaces
mientras vivimos y morimos 
en un chasquido de dedos.

Todos los nosotros

Todos los nosotros alrededor
y lo mío lo tuyo muriendo.

Todas las conjunciones terminales
en la barrera de una coma inducida.

Todos los nosotros todos los nosotros
chocándose fundiéndose en lejanía.

Todas las cosas por todos los nosotros
siendo sin saber lo que ya no somos.

Todo fragmentos en agónico atropello
como animales en medio de la ruta.