Volver de noche

Acunado por el traqueteo de las ruedas sobre el asfalto, despierto con la sensación de estar aterrizando en un avión. Los primeros golpes que da una tripulación al tocar tierra. Caigo en la cuenta de lo onírico inmiscuido en la percepción consciente y me despabilo. Imaginar. Abro la cortina y veo el cielo estrellado de la pampa. En la lenta vuelta que atraviesa la noche, me permito asimilar la suspensión de los días. La pluma se arrima a la respiración del viento cuando acaricia al suelo y el vasto paisaje vuelve a nuestro trazo una soledad íntima.

A mis amigxs poetxs

Entran a la entropía del fruto cayendo del árbol. Recolectores de los signos estropeados del sistema, ahí vienen hambrientos, recorriendo la meseta árida de la civilización. Muerden, buscan el veneno de su ser. La cáscara está blanda y la piel tiene la sensibilidad de un anciano oriental. Los gusanos atraviesan el bardo sin ser vistos por la oscuridad. Ríen. Lloran. Se encuentran abajo del árbol que alguna vez supieron regar, para luego cortar, y hacer un fuego en una noche oscura, en el principio de los principios, eterna. Ahora que están a la sombra y la pampa entera llena de cercos, con tres acordes se entretienen mientras escupen la semilla. No tienen nombres. Prefieren ser llamados por su nombre impropio. Viento. Constelaciones. Sustancia filosa de una fragilidad consciente. Miran al cielo pero no buscan Dioses. Las nubes componen y descomponen figuras con cada sorbo de realidad. Están recortados para los que llegan desde el horizonte, pero una vez cerca, a la par, proliferan en disturbios. Se pudren. Tienen harapos de una obra yuxtapuesta al olvido. Nunca fueron enterrados pero siguen viviendo el ritual de una muerte. Más acá está la bombilla de un mate que gira y una tuca. La corteza y su sigla escrita con cuchillo. El asado tiembla sobre las brasas. Están esperando a sus hermanos y sus hijos que continuamente no llegan. Una parva desplumada busca el pellejo. A todo esto, ellos escriben y leen, simultáneamente, y no paran ni de leer ni de escribir.