Alguien
dejó la tranquera abierta
Y el
novillo supo escaparse
En la
madrugada
Cuando algunos
de nosotros recién abríamos los ojos
Y crujían
las maderas con los primeros rayos del sol
Que auguraba
un día templado
Para nosotros
y para el novillo
Que terminaría
en el lago
Bebiendo agua
con los pájaros voluptuosos del bosque
Gritamos su
nombre que no tenía
Pero no
hubo más respuesta
Que un
silencio abrumador
Era la
pampa
Con su boca
verde y amarilla
Que nos deglutía.