Vi de nuevo
la caída de las gotas en la terraza
el sonido
múltiple de las gárgaras
en la noche
del deseo
no al abrir
los ojos, sino al soñar con el preludio,
el presente
deslizándose oblicuo
y de perfil
en la pregunta al espejo
la cola del
río que traía sedimentos de gestos.
Vi de nuevo
la red desmesurada del piso
entre
quejidos de un insecto
y la tinta
de lo inefable
entre órbitas
alrededor de un pasillo
el túnel
del tiempo que se componía
y
descomponía
a través
del personaje
continuamente
a contraluz
en un plano
secuencia.
Vi de nuevo
la porosidad de su piel
y un
tatuaje que se desteñía.